Con este capítulo de “Bravos de Francia” ponemos broche de oro a una serie de reportajes que nos permitió acercar nuestros seguidores a la cabaña brava gala.
No podíamos dejar a la margen dos emblemáticos hierros como son Concha y Sierra y Cura de Valverde, haciendo un guiño a nuestros amigos españoles.
Os llevamos a visitar estas dos ganaderías que han pasado frontera y pastan en tierras francesas, en la localidad de Saint Martin de Crau. Esta comarca forma un triangúlo de 550 km² al este del río Ródano. la parte que nos ocupa hoy es la del norte regada desde el siglo XVI por el canal de la Craponne.
Un cielo cargado de nubes amenazando lluvia nos acompaña. Al salir del pueblo, tomamos la carretera D 27. Tras pasar bajo un acueducto, a mano izquierda unos carteles nos avisan:“ Cuidado, toros de lidia”. Un camino empinado nos lleva hasta la finca “Coste Haute”. Nos asombra la belleza del sitio: a la izquierda una plaza de tienta con un ruedo de 38 metros de diámetro con palco y corrales, a la derecha una nave para almacenar las cosechas. No falta el guadarnés con sillas españolas y mantas estriberas. Entre los dos edificios está la vivienda con su florida buganvilla. Como nos dice Jean-Luc Couturier: “¡Estamos en la Andalucía Provenzal!”
Aquí está el ganadero dueño del lugar con un purito entre los labios. Nos aconseja subirnos en el todo terreno sin perder tiempo: hoy es día de corrida. No, no vamos para cualquier plaza de toros, es día de ejercicio para los toros. Conducidos por el mayoral y los vaqueros, los cuatreños van a recorrer 2 km de un camino que da la vuelta a los cercados. Lo hacen tres veces por semana.
Agachados al piso para sacar fotos, se acerca el ruido de las pezuñas que dan martillazos, el suelo tiembla, pasa la manada enmarcada por los jinetes: ¡Un espectáculo a lo grande! Una vez el entrenamiento pasado, se recomponen los lotes y volvemos a la calma. Aquí estan los toros que tenían destino para Vic, Istres, Alés, Aignan etc…
Jean-Luc Couturier tuvo una vida laboral bien repleta, empezó panadero y acabó gestionando una red de empresas de panaderías industriales. Es su oficio que le permitió acercarse al toro bravo. En los años setenta repartía pan en la ganadería de sus amigos Tardieu y no entendía el por qué de la crianza de tal animales.“ Entró ” en aficion en los años 80 cuando Paco Ojeda reinaba en Nîmes, pero fue en 1990 que tuvo un flechazo, cuando se lidió en Alés un corridon del cura de Valverde. Desde ese día su meta será la compra de la dicha ganadería.
Pasaron 20 años y pico. LLegando la hora de jubilarse en 2012, vendió su negocio y tomó la carretera hasta Salamanca…
El trato con los sobrinos del fallecido cura se hizo como el señor Couturier hacía sus negocios profesionales: elaboró proyecto y propuso la suma a pagar. A pesar que la ganadería no estaba a la venta, las dospartes llegaron a un acuerdo. El ganado con hierro de la UCTL podía cruzar frontera. Faltaba un detalle: el nuevo ganadero no tenía campo. El año siguiente (2013) encontró, esta dehesa compuesta de 220 hectáreas: 120 culivadas de heno y alfalfa, 80 de matorral y 40 de marisma. Enseguida vendran 200 hectáreas en pueblos cercanos.
¿ En que estado encontróla ganadería?
Jean-Luc Couturier: «La ganadería estaba casi en un estado de abandono, había una fuerte consaguinidad cerca de 45% con un toro basto y sin hechuras. Por eso volvimos a España dando giro a ganadería de encaste La Corte para refrescar sangre. Asi con la ayuda de El Mangui pudimos comprar 30 vacas del Conde de la Corte, mas 12 toros de El Torero. Dos toros ya eran aprobados para sementales por el ganadero y yo guardé 4 otros toros despues de tentarlos “al ramo”. Por otro lado tentamos las vacas con rigor, queremos un toro que se luzca en el tercio de varas, es lo que busca el público que va a la plaza para ver los Valverde.»
¿Y lo de concha y Sierra, como lo consiguió?
J-L C:« Durante nuestra gira en España, El Mangui me sugerió de pasar por huelva a visitar los García Palacios proprietarios de Concha y Sierra. Tener otro encaste ma daba gana.
La negociacion no fue sencilla, se alargaba la conversacion y se acababa mi puro. Les dije: me fumo otro puro, y si al acabar este puro no aceptan mi propuesta me voy. El apretón de manos se hizo antes de la última bocanada y seis meses despues de los Valverde llegaron los Vazqueños de Concha y Sierra. Realizé esta compra mas bien para conservar un patrimonio genético.»
¿Es que puede facilitarnos unos datos actuales?
J-L C:« Aquí pastan 450 reses en total. 250 para Valverde , 200 para Concha y Sierra. Hay 82 vacas de vientre para Valverde y 77 para Concha y Sierra. El objectivo es lidiar 2 o 3 corridas de Valverde y 2 de Concha y Sierra.»
Mientras que se persigue la entrevista, Jean-Luc Couturier nos invita a pasar en el salon llamado “refugio de caza”. Su aficion está colgada en la pared. Entre carteles y cabezas disecadas (una de un novillo de Barcial y otra de un Prieto de la Cal) preside el autentíco traje de sacerdote del cura de valverde. No sabemos si es pecar, pero el ganadero nos abre una botella de vino rosado que nos deja un buen sabor en el paladar.
Por la crisis sanitaria, J-L Couturier no se deja abatir. No se queda los brazos cruzados y este verano habra una feria del campo en la mismisima finca, ya estan acartelados buenos toreros de ambos lados de los pirineos para matar toros de la casa. La venta de abonos va creciendo y el exito casi seguro.
¿Antes de marcharnos es que podría nombrar un toro que quedarà en el recuerdo?
JL C:«Para Valverde sera Guitarrero que dio la vuelta al ruedo en Orthez(2017). Fue lidiado por Tomas Campos. Para Concha y Sierra sera Bandolero lidiado por Lopez Chaves en la corrida concurso de Zaragoza el año pasado.»
Nos acordamos tambien de los Valverde lidiados en Alés 2016 y en Istres 2018 y 2019 que dieron un gran juego.
Listo en los negocios, Jean-luc Couturier es un hombre afable y apasionado por el toro, nuestros vecinos españoles pueden tranquilizarse: “Los valverde” estan en la buena senda y sobre todo entre buenas manos. ¡Amen!
